Artículo de opinión
La problemática persistente en la cultura es que se
tiene la concepción de que se puede escribir un libro sobre cualquier tema y ya
considerarse un referente cultural.
Cuatrocientos veinte ejemplares vendidos en menos
de quince días de su lanzamiento, fue el libro más vendido y “consagrado” como
el mejor de la Feria del Libro de Santa Cruz de la Sierra; se trata del afamado
ejemplar de “Emoticones vemos, corazones no sabemos” de Yovinca Arredondo.
La historia va sobre dos personas que se conocen a través
de internet, ella es estudiante de arte y él, un empresario extranjero que
juntos inician una “apasionante” relación por las redes. Desde la breve
explicación del texto, se ve un mal devenir.
No todo es malo, es peor. La novela está escrita en
forma de chat, con el uso –nada previsible- de emoticones. ¿Cómo pretendemos un
cambio cultural cuando se rescribe las acciones, los momentos, las mismas
parejas y situaciones cliché?
Me pregunto, ¿cómo se le puede llamar “novela” a
una historia que se desarrolla en un formato de chat, con las conversaciones
banales que sería el máximo acercamiento a una conversación real entre dos
personas extrañas? Que humillación se le hace a un Mario Benedetti, Gabriel
García Márquez y Julio Cortázar.
Creo en la necesidad de expresión y libertad que
tienen las personas, en este caso, los autores, lo preocupante no es que
escriban los libros, lo que sí alarma es el recibimiento de tales libros; que
se tenga la percepción de ser una gran obra literaria en una Feria del Libro
donde hay millones de obras excelentes que van más allá de un chat. Eso es difícil
de procesar.
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