La composición de
la sal, Magela Baudoin (2014) Plural Editores. La Paz, Bolivia. Tercera Edición enero de 2016.
Reseña de “La Composición de la sal” de Magela Baudoin
Lo cautivante a primera vista del
libro es definitivamente el título de este. Al tenerlo por primera vez en mis
manos me pregunté, ¿qué relación tendrá la sal, un mineral, con relatos?, ¿qué
nos querrá decir la autora a nosotros, ingenuos lectores? y aquí radica lo
especial de este libro: mantiene continuamente la incógnita en el lector
durante todo este viaje.
Magela Baudoin, periodista,
profesora universitaria y autora venezolana-boliviana, cuyo amor por la
literatura fue protagonista en su infancia gracias a su padre, ha publicado sin
fin de artículos, reportajes, entrevistas y columnas, así como un libro de
entrevistas “Mujeres de costado” y la
novela “El sonido de la H”.
La Composición de la Sal es una
colección de catorce cuentos en donde Magela Baudoin permite al lector
sucumbirse a una montaña rusa de emociones, sentimientos, introspecciones y
reflexiones de vida. A su vez, en cada hoja plasma una picardía que bien
confunde al lector, lo hace poner en duda todo lo que ha leído y a su vez, reír.
La facilidad con que Magela
transmite todos los sentidos en prosa y narra los hechos es inexplicable. La
forma sencilla, limpia y audaz con que escribe, da paso a que el lector se
identifique de tal forma con cada personaje que poner en retrospectiva la vida
misma no es una opción, es un acto automático y natural.
La narrativa es otra sorpresa en
algunos de los cuentos del libro. La autora le habla directamente al lector,
como si lo conociese, con una confianza divina pero abrumadora. De inmediato
crea un lazo emocional entre autor-lector.
Todo el libro es un mundo construido
por sucesos que diariamente tomamos como insignificantes; mejor dicho, el poder
de las pequeñas cosas. El amor, la traición, el interés y las inseguridades del
ser humano emergen como gotas de inquietudes en cada cuento de esta obra.
Lo hermoso de este libro es la
característica lúdica que tiene. Es un rompecabezas; cada palabra, cada
conexión y oración forma parte de un sentido que evoca algo totalmente distinto
a lo que está representado en palabras. El manejo del fino sarcasmo, de la
felicidad, de la plenitud y hasta de la melancolía y soledad, son las
combinaciones perfectas para que el lector siga el juego.
Bien decía la autora en una
entrevista: “nunca comprendes a Borges del todo” y ¡qué manera de homenajearlo!
A mi parecer, la belleza de un autor consiste en que este le dé el poder de la
duda a su lector; brindarle esa autoridad, libertad en la lectura y esto es lo
que hace Magela. Cabos sueltos y finales abiertos son el ingrediente perfecto de
cada cuento que hace uno más especial que el otro.
“(…) ya no sería una polilla. Irá al
teatro con alas de mariposa. Un tintorero también podía ser un rey si de verdad
lo deseaba. Las palabras de su padre se le abrían tal cual se abren las flores
que son sensible a la luz. A las once, les da un rayo de sol y ellas se muestran
(…)” Un extracto del cuento La noche del
estreno; uno de los más delicados, sentimentales y reflexivos de todo este
trabajo narrativo.
A su vez, en Moebia utiliza un lenguaje más amargo, pesado y directo: “(…)
porque tu misión en la vida siempre fue narcisista. Después, sólo te quedó
volver a tu libro. Llegar tan alto como el sol y quemarte”. Siempre tan apegada
a la verdad, a lo crudo de la vida y en cuán egoísta y caprichoso puede llegar
a ser una persona.
Y cómo no nombrar el cuento dedicado
a sus padres y centro de este universo literario, La composición de la sal. Quizá el más sutil y profundo. En pocas
palabras, es la espina vertebral del libro.
Sin duda alguna, La Composición de la Sal es una obra que
merece estar en manos de todo lector, para así purificarnos, volver a estar en
contacto con las cosas simples de la vida y simplemente envolvernos en este
interior mágico de Magela Baudoin.
“(…) Imaginabas la cárcel como una
representación artística del mundo, es decir lo feo imitado con maestría, lo
cual termina siendo una reverberación bella (…)”
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