viernes, 9 de junio de 2017

Una experiencia religiosa

                                                                 Portada del libro


La nueva editorial con el nombre de Dum Dum Editora, la dirige la escritora cruceña Liliana Colanzi y su primera publicación que se presento el 09 de junio en el salón Pedro Rivero Mercado es la novela Eisejuaz, de la escritora argentina Sara Gallardo (1931-1988). 
Eisejuaz , bella y extraña novela de Gallardo, que viene con un prólogo de Mónica Velásquez Guzmán.
Los nueve capítulos de Eisejuaz narran la vida de Lisandro Vega, un mataco del norte argentino, llamado por el Señor para cumplir una misión.
La experiencia religiosa de Esisejuaz está signada por los sueños y la palabra de los mensajeros, de los animales, de las plantas, de los astros, de Dios.
Todo ese transcurrir traducido en un peregrinar hacia la fundación de un nuevo orden configura un espacio narrativo en el que conviven las dudas, los miedos, la desesperación, los lugares, los tiempos, los personajes, en un sistema de fuerzas en donde lo divino se manifiesta en lo profano. Esto también distingue la novela Eisejuaz de otras que han tomado al indígena como centro de la problemática, puesto que esta obra no tiene como intención primera presentar mundos irreductibles, de terratenientes convencidos de su superioridad y de indios que conservan unidad de cultura por el mismo hecho de estar sometidos y enfrentados.
La acertada elección de los espacios presenta una naturaleza viva que comparte el proceso vivencial del personaje. Ninguno de los sitios está puesto al azar y los elementos de esta naturaleza agreste del norte argentino juegan un papel importante en el relato, puesto que representan el marco adecuado para la lucha interna que sobrelleva Lisandro Vega.
El centro de sentido de esta novela está en la fundación de un hombre nuevo, de un orden nuevo a partir de una lucha intensa, individual, dolorosa, integrando a ese hombre mediante la palabra que conlleva en el nombre la esencia de las cosas a un universo sagrado, abarcante, continental. En consecuencia, la experiencia religiosa de este indio mataco tiene una doble intencionalidad. Por un lado, pretende plantear un acercamiento a este conflicto presentando un personaje con todas las características propias de su condición de indígena de la zona norte de Argentina en una manera particular de ser y con todas las características de un ser carnal, imperfecto. Por otro, un distanciamiento, porque este personaje, al participar de esta experiencia particular de fé, transita entre dos mundos, uno profano y otro divino que se le revela. Plantea así la universalización del conflicto frente a la posibilidad de participar de una realidad más amplia en su espectro, en donde los límites son imprecisos, la cosmovisión varía, el orden universal se integra en diferentes facetas, adquiriendo un valor vinculante y sintetizador.




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