El banco auspiciador da la bienvenida en la entrada principal de la FIL |
Por primera vez en mi vida visité la Feria del Libro de Santa Cruz de la Sierra, el día lunes 5 de junio, pero para llegar hasta allá fue una pesadilla, me perdí y me asusté al verme sola un momento, pero al encontrarme con una amiga, logré llegar a la Fexpocruz.
Al llegar allá, compramos las entradas en Bs 20, que a mi parecer están baratas.
Al entrar a mirar los pabellones me sorprendí con los precios de los libros, habían algunos de más de Bs 100, creo que exageran en algunos, si se supone que al presentarse en la feria, deberían estar más baratos.
Al entrar a mirar los pabellones me sorprendí con los precios de los libros, habían algunos de más de Bs 100, creo que exageran en algunos, si se supone que al presentarse en la feria, deberían estar más baratos.
Continuamos con el recorrido por los pabellones, deteniéndonos a mirar algunos libros de nuestro agrado, me gustó mucho ver cómo había jóvenes en todas partes con un interés sobre cualquier libro que les ofrecían, me atrajo la variedad de libros como uno que enseñe matemáticas, formas de ventas y esas cosas.
Algo que nunca había visto y que creo que fue lo más impactante para mi, fue ver y tocar un libro infantil para ciegos, con puntos que sobresalían de las hojas, un libro muy grande, que también se mostraba con letras para los demás lectores.
No tuve la oportunidad de visitar el pabellón juvenil ni el infantil por falta de tiempo, me hubiera gustado ver el dragón que se veía en la página de Facebook de la FIL, ya sé que para en otra ida, tengo que darme más tiempo para visitar todo.
Entramos al pabellón de las universidades, había mucha gente pero no tuve la curiosidad de acercarme a mirar los stand, pues yo ya estudio en la UPSA, y así concluyó mi visita a la feria del internacional del libro en Santa Cruz.
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