Esa vez,
esa primera vez que nos conocimos fisicamente.
El día en el que mi cuerpo me agradeció tanto como mi alma.
El día en el que los nervios nos invadieron,
pero se desvanecieron poco a poco mientras nos calentabamos las pieles con un par de besos.
El día en el que por primera vez tus dedos se deslizaron suavemente por mis piernas,
causando una sensación que jamás podré olvidar.
El día en que probamos la esencia de cada uno y la disfrutamos por unas cuantas de horas.
El día en que estuviste tan cerca, como tan dentro;
y yo fui tan tuya como tú mío.
No hay comentarios:
Publicar un comentario