Este libro escrito por Viktor Salvador Guzmán Flores es un resumen
de la historia del pueblo Afroboliviano, sus raíces africanas, la historia de esclavización, la lucha por
mantener los lazos con
nuestra madre África a través de los años.
A pesar de que el yugo español intentó desligarnos de nuestras raíces, este libro demuestra que nuestros ancestros aún con el sufrimiento, los azotes y muchos otras cosas lograron mantener viva la cultura a través de las danzas, ritos, cuentos, así como la autodefinición como afrobolivianos.
A pesar de que el yugo español intentó desligarnos de nuestras raíces, este libro demuestra que nuestros ancestros aún con el sufrimiento, los azotes y muchos otras cosas lograron mantener viva la cultura a través de las danzas, ritos, cuentos, así como la autodefinición como afrobolivianos.
A lo largo
de la lectura encontré cosas que ya conocía y también pude fortalecer
nuevos conocimientos, pero también algunos fuera de contexto, por ejemplo cómo se canta la saya afroboliviana (pág. 51), lo cual puedo corroborar.
El autor hace una extensa intervención histórica, pero no la relaciona con el pueblo
Afroboliviano (pág. 76). También pone en conocimiento que el pueblo Afroboliviano ha sido reconocido por
la Constitución Política del Estado y sin embargo él señala al pueblo como “comunidad”.
Asimismo, emplea algunas palabras mal escritas, letras erróneas de canciones, fallas gramaticales y
de ortografía.
El título del libro es Literatura
Afroboliviana, pero en la lectura se encuentra literatura Aimara, Quechua y cultura Kallawaya. Si bien la
cultura Afroboliviana es una mezcla de nuestras raíces africanas, la imposición española y la inserción aimara, dentro
de lo descrito por el escritor no hay una explicación de algunas cosas que
denoten similitud de la cultura Afroboliviana y Aimara u otra cultura, sino que realiza una intervención de la historia Aimara,
Quechua y Kallawaya, pero como una historia aparte, cortando la continuidad del
libro ( pág. 43, 44) , y esto se repite en otras intervenciones a lo largo de
la lectura.
El libro en sí es muy interesante porque a su vez
presenta entrevistas de nuestros abuelos y abuelas y realmente al leer uno se
siente transportado a esos sublimes momentos pero uno de los que me hizo reflexionar
es de cuán bella es la libertad y de cuánto
ha sufrido nuestro pueblo al leer este fragmento:
“¿Y cómo
están ustedes? “ Trabajando aquí, bien nomás
también” “bueno” les dice. “Nosotros hemos venido de allá comisionados de la
ciudad, y para ustedes la esclavitud se ha terminado” todos se miraban unos a
otros. “Como se va terminar, que hasta el final han dicho que va a seguir esto”
(pág. 134).
Lo destacable es el uso de los diálogos en las entrevistas porque se leen auténticos y es importante rescatar palabras del lenguaje tradicional para incorporarlas en el diccionario que está en preparación.
Lo destacable es el uso de los diálogos en las entrevistas porque se leen auténticos y es importante rescatar palabras del lenguaje tradicional para incorporarlas en el diccionario que está en preparación.
Finalmente considero que este tipo de libros que tienen
contenido histórico deben sí o sí pasar por una revisión exhaustiva del
Instituto de Lengua y Cultura Afroboliviana (ILC Afroboliviano) para que cuando lleguen a un lector que
desconozca la historia del pueblo Afroboliviano, la información le llegue correcta, porque en este momento la percepción de alguien que
desconoce nuestra cultura seria otra y tal vez daría por ciertas las afirmaciones que yo sí puedo refutar con conocimiento.
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