miércoles, 19 de abril de 2017

Un documento importante para perfeccionar



LITERATURA  AFROBOLIVIANA

AUTOR:                              VIKTOR SALVADOR  GUZMAN FLORES
GENERO NARRATIVO
FOTO PORTADA:               OWALDO SALINAS
FOTÒGRAFO:                     MIJHAIL FREDDY CALLE RUIZ
EDITORIAL:                 CREATIVE COMMONS ATRIBUCION- 
                                             NOCOMERCIAL-COMPARTIR  IGUAL 3.0    
                                             UMPORTED
PAGINAS:                            197
LUGAR Y FECHA DE EDICIÒN: COCHABAMBA, ENERO DE 2016



Este libro escrito por Viktor Salvador Guzmán Flores es un resumen de la historia del pueblo Afroboliviano, sus raíces africanas, la historia de esclavización, la  lucha por  mantener los lazos con nuestra madre África a través de los años.
A pesar de que el yugo español intentó desligarnos de nuestras raíces, este libro demuestra que nuestros ancestros aún con el sufrimiento, los azotes y muchos otras cosas lograron mantener viva la cultura a través de las danzas, ritos, cuentos, así como la autodefinición como afrobolivianos.
A lo largo de la lectura encontré cosas que ya conocía y también pude fortalecer nuevos conocimientos, pero también algunos fuera de contexto, por ejemplo cómo se canta la saya afroboliviana (pág. 51), lo cual puedo corroborar.
El autor hace una extensa intervención histórica, pero no la relaciona con el pueblo Afroboliviano (pág. 76). También pone en conocimiento que el pueblo Afroboliviano ha sido reconocido por la Constitución Política del Estado y sin embargo él señala al pueblo como “comunidad”.
Asimismo, emplea algunas palabras mal escritas, letras erróneas de canciones, fallas gramaticales y de ortografía.
El título del libro es Literatura Afroboliviana, pero en la lectura se encuentra literatura Aimara, Quechua y  cultura Kallawaya. Si bien la cultura Afroboliviana es una mezcla de nuestras raíces africanas, la imposición española y  la inserción aimara, dentro de lo descrito por el escritor no hay una explicación de algunas cosas que denoten similitud de la cultura Afroboliviana y Aimara u otra cultura, sino  que realiza  una intervención de la historia Aimara, Quechua y Kallawaya, pero como una historia aparte, cortando la continuidad del libro ( pág. 43, 44) , y esto se repite en otras intervenciones a lo largo de la lectura.
El libro en sí es muy interesante porque a su vez presenta entrevistas de nuestros abuelos y abuelas y realmente al leer uno se siente transportado a esos sublimes momentos pero uno de los que me hizo reflexionar  es de cuán bella es la libertad y de cuánto ha sufrido nuestro pueblo al leer este fragmento:
  “¿Y cómo están ustedes? “ Trabajando aquí, bien  nomás también” “bueno” les dice. “Nosotros hemos venido de allá comisionados de la ciudad, y para ustedes la esclavitud se ha terminado” todos se miraban unos a otros. “Como se va terminar, que hasta el final han dicho que va a seguir esto” (pág. 134).
Lo destacable es el uso de los diálogos en las entrevistas porque se leen auténticos y es importante rescatar palabras del lenguaje tradicional para incorporarlas en el diccionario que está en preparación.
Finalmente considero que este tipo de libros que tienen contenido histórico deben sí o sí pasar por una revisión exhaustiva del Instituto de Lengua y Cultura Afroboliviana (ILC Afroboliviano)  para que cuando lleguen a un lector que desconozca la historia del pueblo Afroboliviano, la información le llegue correcta, porque en este momento la percepción de alguien que desconoce nuestra cultura seria otra y tal vez daría por ciertas las afirmaciones  que yo sí puedo refutar con conocimiento.









 

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